Con su purísimo estilo, Oscar Wilde sabe unir en sus relatos, humorismo y refinamiento artístico. Su vena satírica aflora, sobre todo, en las paradojas, que fluctuan con elegancia en la conversacion superficial y brillante de la sociedad que describe.
Profundamente artista, sabe desenvolver las tramas más originales y fantasiosas, sin caer jamás en el absurdo. Una obra maestra es en este aspecto. El fantasma de Canterville.
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