Utilizamos a diario muchos objetivos de plástico que en otros tiempos no eran necesarios. Pero lo terrible de esto es que cuando no hacemos buen uso de los residuos, se acumulan en el fondo de los ríos y mares, y hacen daño a los animales que viven allí.
Rogelio era un niño despreocupado, hasta que un extraño encantamiento lo convirtió en una bolsa plástica y emprendió un inolvidable viaje a las profundidades del mar.
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